martes, 27 de marzo de 2012

Autopsia a una hormiga


Con las emociones a flor de piel. Uno de esos momentos en los que sin saber bien porqué, te encuentras especialmente sensible. Incluso diría que demasiado sensible. En los que percibes cosas que normalmente pasan de largo sin que te fijes. En los que cualquier melodía medianamente lenta te haría emocionarte. En los que cualquier tontería, te afecta.

Y quizás sea precisamente por estar sensible o porque de verdad he aprendido esto. Le damos poca importancia a lo pequeño, a lo “imperceptible”. Nos causa risa lo pequeño, lo que llamamos insignificante. No me refiero solo a pequeño en tamaño, sino más bien pequeño en importancia. Pero si te fijas bien, es precisamente en lo pequeño donde se halla lo más grande. Es precisamente un pequeño gesto, o una pequeña palabra, o una pequeña mirada lo que hace que la vida valga la pena.

Me intriga mucho más saber que puede haber dentro de una cajita pequeña de regalo, que saber lo que habrá detrás de un enorme regalo. En lo pequeño, incluso en lo minúsculo se haya la genialidad. Nosotros mismos, estamos hechos de pequeñas células, que forman un cuerpo grande, si, pero sin lo primeramente pequeño no estaríamos aquí. Y todas las cosas, también están hechas de pequeños átomos.

Cuando alguien te acaricia, te produce placer cada poro de tu piel en el contacto con la llama de sus dedos. Cuando alguien te besa, te produce dulzura cada pequeña célula que se junta con la tuya. Cuando alguien te abraza, notas más cariño con cada pequeño milímetro que se van acercando.

Alguien puede pasar contigo solamente dos días, e incluso unas pocas horas y sin embargo recordar a esa persona y ese instante el resto de tu vida. Con una persona pudiste solo hablar una frase, y sin embargo, pudo ser la frase más importante que te hayan dicho jamás. Una sola gota de un buen perfume puede ser más duradero que un bote entero de uno malo. Una sola mirada o sonrisa fugaz te pueden enamorar más, que alguien que intenta enamorarte y que ya conoces de hace tiempo. Un solo número diminuto en un tablón que diga que has aprobado te puede hacer enormemente feliz. La primera nota de una canción, es la que te hará sonreír al reconocerla y saber lo que viene después. El hecho de que alguien dé la cara por ti o sea honesto, puede parecer una cosa simple, pero a la vez puede ser lo más grande.

Lo que intento decirles es, que me he dado cuenta de una cosa. En lo diminuto se haya la excelencia. En lo diminuto es donde empieza todo. Lo diminuto es lo que hace algo grande o importante, las pequeñas cosas, los pequeños momentos.

No es tan disparatado pensarlo, por mucha risa que pueda causar; tenemos tanto que aprender de las hormigas y sin embargo, son tan diminutas. Deberíamos ir más allá, aspirar a más, y, hacerle la autopsia a una hormiga.



No hay comentarios: